APORTES DE GALILEO GALILEI AL HELIOCENTRISMO

La física de Aristóteles se puede describir como una física del sentido común, y en primera instancia nuestra experiencia del mundo parece aristotélica: la Tierra parece estable (de manera que es natural que pensemos que el movimiento es un proceso y no un estado), los cuerpos pesados parecen caer más rápido que los livianos (la velocidad de la caída libre es proporcional a la cantidad de tierra y agua que componen el cuerpo), la existencia del vacío es una contradicción y el movimiento en el vacío es desde luego impensable.

El sistema copernicano presentaba un universo que no era posible dentro de la tradición física aristotélica. Para que la idea de una Tierra con movimiento de rotación y traslación fuera aceptada se necesitaba de una nueva física que explicara fenómenos que de otra manera serían absurdos para el sentido común. Galileo es en gran medida el responsable de crear la física que necesita una cosmología heliocéntrica.

APORTES DE GALILEO 

ley de la inercia:cualquier cuerpo continúa en estado de reposo o movimiento rectilíneo a menos que una fuerza externa actúe sobre él.



leyes de caída libre de los cuerpos:

las cuales concluyen, contradiciendo los principios aristotélicos, que la velocidad y aceleración de un cuerpo en caída libre son independientes de su constitución y que todos los cuerpos, independientemente de su composición y peso, caen a la misma velocidad, por lo menos en el vacío.


Observaciones telescópicas:

Galileo (1564-1642) no fue propiamente quien descubrió el telescopio sí fue el primero en dirigir el telescopio hacia el cielo para hacer un estudio detallado de éste, por lo que dedicó tiempo al pulimento de lentes y a mejorar la potencia del telescopio. Escudriñó todos los rincones del firmamento: la Luna, Venus, Júpiter, Saturno, el Sol y las estrellas.





Al dirigir Galileo su telescopio a la Luna observó regiones obscuras y claras las cuales interpretó, a las primeras, como cráteres o valles y a las segundas como montañas. Esto puesto que las montañas al ser más altas que los valles son susceptibles de ser iluminadas por el Sol lo cual impide que la luz llegue a los valles. Galileo concluye entonces que la Luna es tan accidentada, con valles y montañas, como la Tierra; luego es de esperar que su constitución sea semejante y no esté compuesta por una materia divina y etérea como se suponía. Accidentes, no de esta naturaleza sino manchas, encontró Galileo al observar el Sol a través del telescopio, lo que indica que este no es del todo perfecto como también se suponía


interpretaciones que hizo Galileo de sus observaciones reafirman y dan mayor peso a las ideas heliocéntricas defendidas por sus antecesores. La Tierra es un planeta más, gira en torno al Sol, y en el sistema solar hay pequeños sistemas análogos a él que tienen como centro a los planetas y como lunas a cuerpos más pequeños girando alrededor de estos. El mundo se hace infinito y es posible que existan otros sistemas semejantes al nuestro, que tengan como centro las estrellas que observamos.


No hay tal privilegio de una Tierra en el centro, ni tal privilegio de cielos perfectos. No se conoce con absoluta certeza la constitución de los planetas, el Sol y las estrellas, pero es muy probable que los planetas y la Tierra tengan constitución semejante y que las estrellas sean otros soles muy distantes. Así, en todo caso, la naturaleza de los planetas y estrellas no puede considerarse divina.